Molina Moda nació hace 46 años con el objetivo de vestir a la mujer andaluza, y a toda la que se preste, con el traje típico de su comunidad. Un traje que se caracteriza por resaltar la belleza de aquella que se lo ponga, potenciar su feminidad, marcar sus curvas. Dejando a un lado sus diseños, que destacaron por esto mismo (resaltar el cuerpo de la mujer gracias a tejidos como la seda, encaje y tul) y donde me gustaron más los de tonos claros, Francisco Molina dejó su seña de identidad en SIMOF por otro motivo. Su desfile tubo un claro mensaje: ninguna de sus modelos era menor de edad y ninguna de ellas tenía menos de una talla 38. Impuso su criterio, el 18/38.

Según afirmó el propio Molina, y sus palabras quedan recogidas en este artículo de La Razón, el motivo no es otro que el fin de este traje regional. “Los trajes de flamenca no están concebidos para mujeres tan delgadas como las que nos envían las agencias de modelos” sentenciaba el diseñador. Su desfile sirvió para denunciar, como detalla en el artículo, que se están encontrado con que cada vez reducen más los tallajes de los vestidos y esto conlleva pérdidas para el sector ya que estos modelos no llegan a venderse. Además de esto, durante su desfile tuvo un guiño con las tallas grandes y dos de las modelos lucieron vestidos de flamenca en un tallaje mayor.

Sirva esto como referencia. Sirva para hacernos reflexionar. Sirva la moda para dar ejemplo de salud y bienestar a todas esas chicas que quieren formar parte de este mundo algún día. Pero sobre todo, sirva para aprender a querernos a nosotras mismas, a querer lo que somos y a potenciar nuestros puntos fuertes. Y si es con un traje de flamenca muchísimo mejor.

Enorme Molina Moda.  

Fotografías: Mariló Nieto