A pocas horas de acabarlo, he de confesar que el 2013 ha sido un gran año y pone el listón alto a un 2014 que se presenta decisivo.

No han faltado, claro está, los tropiezos pero estos han sido los que han puesto en valor los buenos momentos, los que me han ayudado a apreciar los pequeños detalles, los que me han demostrado que el camino merece la pena a pesar de la dureza de la caída.  

Cada mes ha tenido algo especial, algo que ha conseguido sacarme un sonrisa, Muchos buenos momentos que he compartido, en algunas ocasiones en este espacio, en el que cada día me siento más cómoda y en el que espero, vosotros también.

“Lo mejor de la vida despeina” queda comprobado en diferentes momentos de este año, con diferentes personas, en diferentes situaciones,pero siempre con la misma filosofía. Esto no ha hecho más que empezar, se han sentado las bases.

El 2014 trae nuevos retos, nuevas ilusiones y mucho trabajo por delante que, estoy segura, acabará con recompensa. Siempre en buena compañía, ahora más que nunca, comienzo un año que, presiento, será de los buenos. Y en este año sí, llegará :))

Una vida que empieza desde cero pero que contaba desde un principio con un amor y cariño infinitos.

Una vida que da vida a las de su alrededor con sus risas, sus llantos, sus tiernas manos, su idioma aún por descifrar, sus primeros pasos, sus innumerables caídas y sus correteos.

Una vida que ha llegado para darnos felicidad; de hecho, una felicidad que hasta ahora creíamos inexistente: la felicidad máxima.

Una vida que todos deseábamos y por fin estas aquí.

Bienvenido Luis, te estábamos esperando.