CANTARES

Manuel Machado

Vino, sentimiento, guitarra y poesía,

hacen los cantares de la patria mía...

Cantares...

Quien dice cantares, dice Andalucía.

A la sombra fresca de la vieja parra,

un mozo moreno rasguea la guitarra...

Cantares...

Algo que acaricia y algo que desgarra.

La prima que canta y el bordón que llora...

Y el tiempo callado se va hora tras hora.

Cantares...

Son dejos fatales de la raza mora.

No importa la vida, que ya está perdida.

Y, después de todo, ¿qué es eso, la vida?...

Cantares...

Cantando la pena, la pena se olvida.

Madre, pena, suerte; pena, madre, muerte;

ojos negros, negros, y negra la suerte.

Cantares...

En ellos, el alma del alma se vierte.

Cantares. Cantares de la patria mía...

Cantares son sólo los de Andalucía.

Cantares...

No tiene más notas la guitarra mía.

Recuerdo las meriendas de pan con aceite, las banderas y los cánticos en el patio. Creo que ya entonces sentía el orgullo de nacer y vivir en una tierra como Andalucía.  Los años han ido reforzando este sentimiento que, según el momento, toma forma de poesía, mar, arquitectura, leyendas, compás o trajes de volantes.

Pero si hablamos de moda, eje principal de este espacio, Andalucía es rica en materia prima. Son muchos los diseñadores que encuentran en su tierra la inspiración de sus patrones. He tenido la gran suerte de conocer, y acercaros, a profesionales que hacen que el nombre de nuestra tierra gane peso dentro de la moda. Como protagonistas en este espacio: Leandro Cano, Pilar Vera, 40 tipos de vodka, Airam Beige, Ana Morón, María de Gracia o Pedro Pires, entre otros. 

Son muchos los nombres que aún me quedan por descubrirte. Pero todos con denominación de origen: Andalucía.

Puedes llamarlo piercing. También hay quien lo llama pendiente. Y encontramos miles de versiones: septum (tan de moda ahora), smiley, labret, las dilataciones, en la lengua, en las mejillas, en la ceja, en el cartílago, en el ombligo. Hay mil y una formas de llevar este complemento. Y, siendo sinceros, pocos son aquellos que no han tenido, tienen o han pensado en tener uno.

Desde que se encontraran los primeros ejemplares en la Edad del Bronce, los pendientes se han convertido en un elemento imprescindible en el mundo de la moda. Los sirios y los egipcios, por ejemplo, lo utilizaban para indicar la posición social de aquellos que los lucían. Las civilizaciones fenicias, griegas, e incluso los romanos, ya empezaban a adornarlos con piedras preciosas y convertían estas piezas en auténticas obras de arte.

Las diferentes culturas del mundo son aquellas que le dan significado a este complemento. Los esquimales los utilizaban para diferenciar a los jóvenes que ya habían pasado a ser adultos y podían ir a cazar con los adultos, las mujeres Tinglit se agujerean su cuerpo como muestra del paso de la pubertad a una madurez o, simplemente, por cuestiones estéticas.

Con el paso del tiempo, tanto piercings como pendientes, se convirtieron en un accesorio de moda y, por consiguiente, cambiantes en estilo. Gracias a esto, los pendientes han pasado a ser objetos de tendencia e identifican, junto con la indumentaria, a diferentes movimientos como los hippies o los punk.

En la actualidad los pendientes pero sobre todo los piercings  son protagonistas de muchos looks y cobran cada vez más importancia en las pasarelas. Ejemplo de ello son desde el desfile de Givenchy de la colección otoño-invierno del pasado año, hasta en moda flamenca con ‘Mestiza’ de María Ávila.

¿Mi recomendación sobre ellos? Utilizadlos sólo si van con vuestro estilo, probad antes con las versiones low-cost para ver que tal os quedo o si os sentís agusto e identificados con ellos. Sólo entonces, ¡adelante! 

Soy de las que piensan que las segundas citas son demasiado geniales. La primera tiene el encanto de eso, de ser primicia, pero las segundas cuentan con un plus. Si te ha gustado la primera, en la segunda ya terminarás enamorado y querrás más, y más y bueno, luego ya la relación formal y tal. Pues bien, algo así me ha pasado con SIMOF. Era la segunda vez que tenía la oportunidad de volver a FIBES con motivo del Salón Internacional de la Moda Flamenca. Y sí, fall in love total.

Yo he sido siempre muy de volantes y lunares, tengo que reconocerlo, pero es que SIMOF es mucho más. No es lo típico. No son sólo esos lunares y volantes. Son trajes que mezclan tradición e innovación, que juegan con la moda a través de uno de los símbolos que más nos identifica como cultura. Y eso, a mí, me volvió loca.

Aunque esta vez sólo tuve la oportunidad de acudir al Certamen de Jóvenes Diseñadores ( ¡¡nivelazo este año!!) no podía dejar sin repasar la pasarela y os he dejado una recopilación de mis favoritos este año. Hay de todo, tanto noveles como nombres consagrados dentro de este mundillo. Y, aunque seguramente cogería cosas de muchos más desfiles, como totalidad me enamoraron las siguientes colecciones.

Culpables de María de Gracia.

Es la muestra perfecta de ‘meter’ moda a un traje regional o tradicional como puede ser el de flamenca. Aquí os dejo el enlace del desfile al completo porque creo que es magnífico de principio a fin. Muy moda y mucho moda como os decía en Facebook. Los tonos metalizados, los tejidos, los top crops. Brutal.

Flores para ella de Javi García.

Representa a Andalucía en estado puro. Tanto en el clavel, una de las flores más típicas de nuestra tierra, como en los colores que utiliza: todos ellos están asociados a elementos que nos hacen únicos y reconocidos más allá de nuestras fronteras. Yo me quedo con la parte de los rojos, sin lugar a dudas.

Fotografía: Raúl Doblado.

Goya de Ana Morón.

Si ya el año pasado con Metamorfósis quedé prendada, este año no ha sido menos. Los madroños, los encajes florales y los volúmenes en las mangas me fascinaron. Aunque en gama cromática sigo quedándome con el binomio blanco-negro, el conjunto de los corales es realmente espectacular.

Fotografía: Vanessa Gómez.

Tanuca de Ernesto Sillero.

Él fue el ganador del pasado Certámen de Jóvenes Diseñadores y, nuevamente, me dejó alucinada. Después de sus máscaras de flores y sus volúmenes en las faldas, característica que le acompaña este año, con Tanuca quería rendir homenaje a una enamorada de los trajes de flamenca y de Andalucia: Cayetana de Alba. No hay ni un solo vestido que no me guste. De verdad.

Fotografía: Raúl Doblado.

Save The Queen de Aldebarán.

Una colección diferente a todo lo que se presenta en SIMOF. Creo que por eso me gusta. Nada convencional y dedicada a las amazonas pero con un aire muy british.  A todas aquellas romeras seguro que les viene genial como inspiración para que su peregrinación sea mucho más cómoda pero sin renunciar al estilo.

Fotografía: Juan Flores.

La versión de Manuela de Pedro Béjar.

La mención especial del jurado el pasado año en el Certamen de Noveles fue para él y, ya en su debut como profesional, continuó con su estilo. Faldas de mucho volumen, volantes grandes, colores básicos. Diseños y colores que transmiten alegría y frescura y que rompen, de alguna forma, con lo que solemos ver en los recintos feriales.

Fotografía: Raúl Doblado.

Mujer de las mil batallas de Patricia Bazarot.

Ya sólo por la inspiración de esta colección, debía estar entre las seccionadas. Pero es que, además, sus diseños son femeninos y elegantes. Colores que representan a una mujer guerrera que no pierde su toque dulce y aniñado. Diversidad de escotes, con especial atención a los de la espalda, y con patrones diferentes pero ideados para resaltar a la mujer.

Fotografía: Raúl Doblado.

La Amapola de José Raposo.

De los nóveles de este año, una de las apuestas que creía ganadoras.  Inspirada en el campo andaluz donde el blanco y el amarillo llevaban el peso de la colección, los detalles de los cuadros y las hombreras de mimbre fueron de diez. 

Fotografía: Mariló Nieto.

Fotografía: Mariló Nieto.

Además, si queréis ver las galerías de fotos de todas las colecciones que han pasado por SIMOF estos días podéis consultar los portales BulevarSur y Flamenco.moda y establecer vosotros vuestros favoritos.

Son muchas las leyendas que existen sobre San Valentín y todas ellas nos hablan del amor, del color rosa y las cosas bonitas. Es el día fechado por las parejas para 'sellar' su querer y proclamarlo a los cuatro vientos (mi no entender).

Todo esto está muy bien pero, ¿y si le damos un toque de sensualidad al día? Tengas pareja o no, San Valentín puede ser la excusa perfecta para darte un capricho y hacerte con una pieza de lencería. Si, ¿o es que acaso no podemos ir sexys aunque no tengamos pareja?

Las propuestas de Oysho, Women’s Secrets, Intimissimi, Etam o Victoria’s Secrets (sólo por nombrar algunas) las tenemos pero, ¿qué te parece conocer firmas nuevas? Si además encuentras motivos por los que hacerte con algún nuevo modelito la compra está más que justificada.

1 Investiga un poco. No te quedes ni en el clásico conjunto ni en las firmas de siempre. Puedes sorprender apostando por otras prendas menos usuales o por firmas nuevas que, seguro, te encantarán. Ejemplo de ello son Fleur of England, Goosebery o For Love & Lemon.

2. Es un regalo boomerang (sobre todo si tienes pareja). Aunque sea algo que compres para ti, tu chico o chica estará encantadísimo de tu compra. No te pedirá que escatimes en gastos cuando de un buen conjunto, body o corpiño se trate. Si por el contrario no tienes pareja es igual de satisfactorio. ¿Hay sensación mejor que la de quererse y sentirse agusto con uno mismo?

3. Apuesta por prendas sencillas pero, sobre todo, por la comodidad. De nada vale que te compres un conjunto monísimo que sólo lo utilices en contadas ocasiones. O que el corpiño te haga cambiar de color. Hazte con prendas especiales que puedas utilizar más a menudo y que al ponértelas te sientas cómoda y segura de ti misma.

4. Antes de comprar, asegúrate de que es tu talla. No hace falta que os diga lo horrible que es que una prenda interior nos quede pequeña.

5. Complementa tu conjunto de lencería. Esto hace un poco de alusión al primer consejo. Sorprender con lencería no es sólo lucir un conjuntazo, o un camisón XXS. Apuesta por las ligas, las medias, los antifaces… Ahí lo dejo. ;)

Brillante. Y no sólo por el cristal de Swarovski. La colección ‘A través del espejo’ de Airam Beige fue ese punto de inflexión dentro de las propuestas del Certamen de Jóvenes Diseñadores celebrado en SIMOF hace escasas horas. Después de metros y metros de tela vistos en la mayoría de los diseños hasta el momento, los cortes ligeros y las faldas canasteras aparecieron en escena. 

Cuentos como ‘Alicia en el País de las Maravillas’ inspiraron a la diseñadora en esta nueva aventura. Seguramente, comenzará horas o días después de su primera aparición como novel el pasado año. Un cuento, el suyo propio, que entonces enganchó a muchos y que, deseo, se convierta en trilogía el año que viene.

Los diseños vistos en pasarela hubieran hecho las delicias del mismísimo Lewis Carrol. La evolución que mostraba la colección en ese trance de niña a mujer que experimenta Alicia quedó reflejada en colores y tejidos. El más puro blanco o rosa palo maduraron hasta llegar al  burdeos o gris. El contraste de tejidos como el satén, el crepé elástico o la organza aportaban feminidad, seguridad, madurez. La ganada gracias al paso del tiempo y a oportunidades como ésta.

Los detalles, sello por excelencia de la firma, marcaron cada uno de los estilismos. Peinas de metacrilato de Mad&Cut, flores de Mibúh… nada escapaba de esa fantasía onírica que Alicia vivía y que atrapa a todos aquellos que hemos ido conociendo pequeñas pinceladas de esta colección.

‘La experiencia no es lo que te sucede sino lo que haces con lo que te sucede’. Y estoy segura de que volverás a hacer algo especial. Ya he perdido la cuenta pero, nuevamente, enhorabuena.  

Espera, ¿cómo has dicho? ¿El carnaval a la vuelta de la esquina y tú con esos pelos? ¿Y sin disfraz?Que no cunda el pánico. Corre a por tus pinturas y siéntate delante del ordenador. Hazme caso.

Muchas veces  no somos del todo conscientes de lo que un buen maquillaje puede hacer por nosotros. Es clave para un ‘buen tipo’ y para hacerte con uno tan bonito como éste sólo necesitas seguir 5 pasos.

Cuando le planteé esta idea tan loca, y a la vez tan divertida, a Belu no se lo pensó mucho. (Gracias, otra vez jajaja) Ella ha maquillado muchas caras para esta fiesta y sabe de lo que hablo. Por eso, nadie mejor que ella para guiarnos en la elaboración de esta máscara tan mona con la que disfrutarás a ritmo de 3x4. 

Marina Moreno se puso en sus manos y éste es el resultado. ¡Gracias a las dos!  ¡Empezamos!

Paso 1: aplicamos nuestra base de maquillaje de manera natural, poniendo previamente corrector en nuestras ojeras y fijándola tal y como hacemos siempre con nuestros polvos. Con el eye-liner, trazamos una línea desde el inicio de la ceja hasta la mitad de la nariz. Después, alargamos el trazo de la ceja casi hasta la sien y unimos ambos trazos con una línea algo curva. Una vez esté bien seco, realizamos un delineado potente en el párpado móvil.

Paso 2: con un lápiz marrón o blanco comenzamos a dibujarle formas a nuestro antifaz. Recuerda hacer trazos fáciles ya que tendrás que repetir la misma operación en la otra mitad de la cara y debe quedar lo más parecido posible. Una vez estés seguro del diseño, comienza a ‘calcar’ las líneas con el eye-liner. ¡Cuidado con los borrones! Da tiempo para que el producto se seque.

Paso 3: Da grosor a algunas de las líneas y adorna también parte de tu nariz. Deja volar tu imaginación a la hora de crear tu máscara. ¿Te gusta? Pues continuamos. ;)

Paso 4: Ahora viene la parte más complicadilla. Debes imitar la máscara en la otra mitad de tu cara. Recuerda cada uno de los pasos anteriores. Tómate el tiempo que necesites pero recuerda que es muy importante que sea lo más parecido posible.

Paso 5: Si has dejado huecos para rellenar, escoge las sombras que más te guste. La textura puede ser la que quieras: si tienes sombras en polvo y quieres utilizarlas, o bien en crema. También si tienes purpurina en gel de disfraces de otros años puedes aprovecharla. Úsala también para los labios y deja volar tu imaginación.

Paso 6: Y ¡voilá! Maquillaje listo para el carnaval.