¡Cuánto cambio desde mi última actualización! No sólo en mí, en lo que a la faceta personal y profesional se refiere. El mundo está cambiando. O mejor dicho, lo estamos cambiando quienes vivimos en él. 

Una de las últimas noticias, y por la que muchos han puesto el grito en el cielo, es por la victoria de Donald Trump en las primarias estadounidenses. El nuevo inquilino de la casa blanca y su familia han ocupado miles de páginas en estos días. También las de moda. Sí, habéis leído bien. Las revistas especializadas en el sector también se han hecho eco de la victoria del candidato republicano.

Y diréis vosotros, ¿qué tendrá que ver la moda con la política? Alguna relación existe.

Sobran las presentaciones. Ella es Ann Wintour, editora jefe de Vogue América. Y éste es, entre otros, su poder de influencia en la sociedad americana. Ha manifestado de forma clara su predilección por Hillary Clinton. (Le ha salido el tiro por la culata). Ella y muchos de sus colegas. Grandes nombres de la industria de la moda como Marc Jacobs, Vera Wang, Tom Ford han apoyado de alguna manera la candidatura, ya fallida, de la demócrata.

Financiación de la campaña política, asistencia a actos, organización de eventos relacionados, diseño de prendas y mensajes (bastante directos por cierto) en la pasada semana de la moda de Nueva York son muestras de que el sector fashion no era muy partidario de la victoria de Trump.

Como último golpe de efecto, la portada de la revista Vogue América para el próximo mes de Diciembre tiene una protagonista ya usual para algunos. Se trata de Michelle Obama, hasta ahora primera dama. No era la primera vez que aparecía en este medio. Puede que tampoco sea la última. Lo que sí que es seguro es que el señor Trump y su mujer, Melania Trump lo van a tener un poco más difícil para aparecer en una de las revistas más icónicas del mundo de la moda.