Maldita la hora en que Ortega y Gasset, filosofando, llegó a esta reflexión. Yo soy yo y mis circunstancias. Que poco me gusta esa frase, por favor. Yo y mis circunstancias, y luego si eso, tú. EgoÃsmo puro y duro. Ya ni tan siquiera me incluyo en el circulo, ni siquiera pienso que entre todas esas circunstancias encuentres un hueco para mÃ. Pero...